Debaterama #1: ¿Son malas las adaptaciones cinematográficas de libros?

La literatura es y ha sido, una inagotable fuente de inspiración para el cine. Existe una lista interminable de libros cuyo argumento ha sido adaptado a la pantalla grande, pasando por toda clase de géneros, e incluso, existiendo distintas versiones de una misma obra.

Tal parece que con el boom mediático que la literatura juvenil ha provocado en años recientes, se ha convertido en la opción predilecta de muchas casas productoras para desarrollar sus filmes. 

Pero como no soy ningún experto, y esto no es una clase de historia, simplemente quiero darles mi opinión sobre los pros y contras de las películas basadas en libros.

Seguramente muchos hemos escuchado frases tales como <<el libro es mejor que la película>> o <<han destrozado el libro, no se parece en nada>>, y aunque en algunos casos dichas afirmaciones tienen algo de razón, también es cierto que existen muchos elementos a tomar en cuenta a la hora de juzgar si una adaptación ha sido bien lograda o no, independientemente de su éxito comercial.

Primero que nada, opino que no existe tal cosa como que el libro es mejor que la película. Se trata de medios distintos, de lenguajes distintos, y por lo tanto no pueden ser criticados de la misma forma. Lo que funciona en la literatura y hace a un buen libro, no es lo mismo que funciona en el cine y hace a una buena película.

La primera diferencia que podemos encontrar en la forma que cada medio tiene de contar las historias, está en el hecho de que en un libro, el autor tiene la oportunidad de ser tan descriptivo como desee, tanto en escenarios, como en las situaciones que forman parte de la trama. En cambio, un guión cinematográfico está compuesto casi en su totalidad por diálogos, así que es normal que en el camino se pierdan algunas de las descripciones de la obra original. El trabajo del guionista es buscar la idea central y sintetizar lo mejor posible toda la extensión de la historia en un formato que quepa en un metraje normal. El equipo de fotografía será el que se encargue de transformar esas descripciones escritas en imágenes que a la vez responden a la visión del director y finalmente, será trabajo de los actores el ofrecer interpretaciones que transmitan los sentimientos explicados en el libro.

Entonces, ¿en qué momento podemos decir que una adaptación es buena? Desde mi punto de vista, mientras se respete el mensaje y la temática principal, la película ya va bien encaminada. Hay que entender que jamás vamos a ver filmes que sigan la historia del libro con puntos y comas, es imposible.

Muchas veces como lectores, cuando vemos que las escenas de la película no son exactamente como las que nosotros formamos en nuestra mente al leer el libro, ponemos el grito en el cielo y nos indignamos porque no es lo que nosotros queríamos. Es absurdo, cada quien tiene una visión opuesta y debemos tener en cuenta que leer una obra literaria y disfrutar un largometraje, son experiencias totalmente distintas. Tampoco hay que olvidar que una adaptación debe llegar a un público diferente, que no necesariamente han leído la obra original, y que se necesita narrar la historia de una forma que sea comprensible para la mayoría, así que todo aquel elemento que esté presente en el libro, pero que en la película no contribuya a dicho fin, es probable que sea omitido y no por eso hay que molestarse.

Caso contrario ocurre cuando en una adaptación, lo único que permanece de la obra original es el nombre, y se transforma en una trama sin pies ni cabeza, con tantos cambios y omisiones que no respetan la esencia que el escritor imprimió con sus palabras y cuyo resultado es deficiente tanto como película, como de guión adaptado.

Ejemplos hay muchos, la famosa saga de Harry Potter es un buen exponente de que las películas pueden omitir elementos, cambiar algunos detalles, y aún así mantener la esencia de la fuente original además de que como filmes también son excepcionales. En el lado de las malas adaptaciones, tenemos la saga Twilight (no me maten, por favor), que aunque se mantienen mas o menos fieles a los libros y fueron un éxito en taquillas, como películas flaquean, con efectos visuales que en ocasiones dejan mucho que desear, un ritmo apresurado, otras veces muy lento, y las deficientes actuaciones. La Bella de los libros ya de por sí era sosa, como para que encima la interprete la actriz más inexpresiva del mundo.

En conclusión, hay espacio para ambos medios, y pueden ser disfrutados de manera independiente. No tiene nada de malo presenciar una visión ligeramente diferente de lo plasmado en un libro, no se a ustedes, pero a mi no me gusta que me cuenten lo mismo una y otra ves. Al final del día, si una película no nos gusta, siempre tendremos la posibilidad de regresar a las páginas y deleitarnos con nuestra versión favorita de la historia.

Es un tema en el que no hay verdades absolutas, todo es muy subjetivo y por lo tanto me gustaría conocer su opinión al respecto.

Hasta la próxima.