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martes, 14 de febrero de 2017

Reseña: El amor no cierra a mediodía - Abby Baker

Por: El: 2/14/2017 10:00:00 a.m.

"Valentina trabaja con su amiga Victoria en una librería especializada en ediciones antiguas y para coleccionistas. Compra, vende y restaura todo tipo de libros, y dedica el poco tiempo que le queda a viajar buscando nuevos ejemplares para su negocio. Hugo quería ser dibujante, pero al no lograrlo buscó trabajo como dependiente en una tienda de cómics. En un mundo normal, sus caminos nunca se habrían cruzado, pero en éste, las cosas son muy diferentes. Cuando Valentina compra un inmenso lote de cómics, de los que no tiene ni la más mínima idea, le pide ayuda a Hugo para clasificarlos y valorarlos. Entre la guapa librera y el friki Hugo surge el amor. Pero ambos deberán luchar contra los prejuicios de sus amigos y parientes antes de poder disfrutarlo".

Éste libro lo descubrí por casualidad mientras navegaba por el catálogo virtual de una librería sin nada específico en mente. Cuando leí la sinopsis me di cuenta que los protagonistas parecían ser muy atípicos en comparación a lo que solemos encontrar en el género y fue lo que me motivó a darle una oportunidad.

Como lo dice la sinopsis, Valentina trabaja junto a su amiga Victoria en un barrio de Barcelona en una librería especializada en ejemplares raros y antiguos, primeras ediciones e incluso se dedican a su restauración.
Últimamente el negocio no va muy bien, los días pasan y la clientela es escasa, además de que la mayoría solo entra preguntando por literatura actual o tratan de conseguir la edición más económica posible. Las chicas están desesperadas y se les ocurre que deben ampliar su mercado. La oportunidad llega cuando una señora lleva a la librería una caja repleta de cómics y Valentina decide comprarlos, el problema es que no tiene ni idea de su valor, por lo que tendrá que recurrir a la tienda de cómics más cercana y es ahí donde conoce a Hugo, con quien hace un trato para trabajar cada fin de semana organizando y clasificando los cómics de acuerdo a su valor.

La historia está narrada en tercera persona y en cada capítulo se va alternando entre la perspectiva de Valentina y la de Hugo. No es un recurso nuevo, pero suele funcionar muy bien en esta clase de historias para conocer mejor a los personajes y su punto de vista sobre las situaciones que se van presentando e incluso sobre un mismo acontecimiento.

El argumento me pareció interesante, la forma en que los protagonistas se conocen la sentí real, en especial porque es algo que en verdad podría pasar, en un día de lo más cotidiano te puedes topar con ese alguien especial que habías estado esperando. Eso sí, la reacción del chico fue totalmente exagerada, a no ser que jamás haya visto a una mujer en su vida, dudo que alguien se desmaye así como así.

El ritmo en general es fluido, con un lenguaje amigable y un tono humorístico que ameniza la lectura, aunque también hay momentos un poco más candentes que contrastan con el resto del relato.
Hay un adecuado equilibrio entre diálogos por parte de los personajes y descripciones, mismas que ofrecen la cantidad de detalle suficiente para entender cada escena sin llegar a ser engorrosas ni escuetas.

Los personajes principales me han gustado, no diría que me he involucrado demasiado con ellos, pero están lo suficientemente desarrollados para no sentirse planos, ambos tienen una pizca de humor involuntario y la personalidad que se les ha atribuido les otorga cierta frescura. Eso sí, al principio dije que el libro en un principio me llamó la atención porque sus protagonistas parecían atípicos, sin embargo; si nos ponemos quisquillosos, lo único atípico en ellos son sus ocupaciones, ya que en otros aspectos siguen la misma linea que la gran mayoría de las parejas que plagan el género. No veo la necesidad de que Valentina sea atractiva y de buen cuerpo, y sin afán de enfrascarme en un debate de estereotipos, pero Hugo tampoco es precisamente el tipo de persona que esperaría encontrarme en una tienda de cómics.
Mi mayor problema son los secundarios, y no porque sean malos, sino porque la forma de ser de algunos de ellos simplemente me molestaba. Tanto Valentina como Hugo tienen amigos que no paran de entrometerse en sus vidas y que creen saber lo que es mejor para ellos. No obstante, hay otros cuya participación es pequeña, pero que me han gustado mucho más.

Hasta este punto parecería que el libro no tiene mayores desaciertos , y ciertamente es así, pero para mi gusto tiene uno bastante grande y que arruina gran parte de lo construido con los demás elementos. 
Se trata de la premura con la que suceden las cosas. El romance lo sentí muy apresurado, bastan solo un par de citas para que ambos estén prendados el uno del otro, y entiendo que también pasan tiempo juntos mientras clasifican los cómics, pero no es una relación cocinada a fuego lento,  Hugo ya va desde el principio con otras intenciones porque el amor por Valentina le ha entrado por los ojos, en ningún momento percibí que el amor fuera surgiendo lentamente o que ocurriera algo especial que lo justificara.
Esa misma premura la transmiten los personajes con la clase de decisiones que toman. Parece que para ellos es lo mismo decidir sobre algo que podría cambiar sus vidas y elegir entre comer pollo o pescado.

En conclusión, El amor no cierra a medio día no es un libro que vaya a cambiar tu perspectiva sobre las novelas románticas, ni se trata de una obra maestra del género, pero tiene ciertos ingredientes que le otorgan frescura y que en general la vuelven una lectura agradable.

Hasta la próxima reseña.

 
Bueno