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lunes, 31 de julio de 2017

Conociendo a...(#1): Cristian Perfumo

Por: El: 7/31/2017 11:23:00 a.m.

Esta entrada es muy especial ya que se trata de la primera entrevista en esta nueva sección que llevaba tiempo buscando introducir oficialmente al blog. Para inaugurar esta nueva faceta de Reseñarama, he contado con la colaboración nada más y nada menos que de Cristian Perfumo, autor de la última novela que reseñé.


Para quienes no lo conozcan, Cristian es originario de Puerto Deseado, un pequeño pueblo en la Patagonia Argentina. Se especializa en el género del thriller y cuenta con cuatro novelas publicadas hasta el momento: El secreto sumergido, Dónde enterré a Fabiana Orquera, Cazador de farsantes y El coleccionista de flechas, misma que acaba de publicarse hace apenas un par de días. Además, es uno de los creadores de ebrolis.com, un sitio con ofertas personalizadas en ebooks de acuerdo a las preferencias del usuario.


Antes que nada, quiero agradecer a Cristian el tiempo que me ha regalado para esta entrevista. Y ahora si, sin mas dilación, aquí están las preguntas:

Alex: ¿En qué momento de tu vida decides que quieres escribir tus propias novelas?
Cristian: Fue a raíz de enterarme de que en mi pueblo (en la Patagonia), un grupo de amigos, casi todos adolescentes, había descubierto un barco que llevaba hundido más de doscientos años. Yo no lo podía creer, eran buzos aficionados (como yo) que habían hecho historia en la arqueología subacuática de la Argentina. Me acuerdo que al oír esa historia me dije "alguien debería escribir algo sobre esto". Con el tiempo junté el coraje necesario para decidir que ese alguien sería yo. Un par de años y mucho trabajo más tarde publiqué «El secreto sumergido» (http://www.cristianperfumo.com/secreto).

Alex: ¿Cómo es un día normal para Cristian? ¿Cuánto tiempo le dedicas a escribir?
Cristian: Creo que como la mayoría de los escritores, me gustaría dedicarle más tiempo del que en efecto le dedico. Pero intento que por lo menos dos o tres horas de cada día sean para escribir y corregir, depende de lo que requiera la historia en la que estoy trabajando en ese momento. Alguna vez he intentado escribir durante seis u ocho horas al día, pero lo cierto es que ¡es demasiado para mí!

Alex: ¿Qué tan diferente fue el proceso de escribir "El coleccionista de flechas" respecto a tus otras novelas?
Cristian: Quizás la mayor diferencia entre este libro y los otros es que por primera vez me animé a escribir desde el punto de vista de una mujer. Evidentemente en mis libros anteriores hay mujeres, pero en éste el personaje femenino es el principal y además está escrito en primera persona. Intentar escribir desde el punto de vista del otro sexo sin caer en clichés no es nada fácil. 
En cuanto al proceso de escritura en sí, no fue muy diferente al resto. Empecé con una sinopsis y una ficha para cada uno de los personajes principales. Una vez que tuve claro hacia dónde quería que fuera la historia, entonces sí me puse con el manuscrito en sí.

Alex: ¿Si no escribieras thrillers, en qué otro género te gustaría incursionar?
Cristian: Alguna vez fantaseé con escribir algo post-apocalíptico. Sobre todo en un escenario de escasez enorme de agua potable. Pero solo me limito a fantasear con ideas así. Lo mío son los thrillers y el misterio, y no me veo escribiendo ninguna otra cosa.

Alex: ¿Cuáles son las dificultades a las que hoy en día se enfrenta un escritor?
Cristian: Creo que la mayor dificultad hoy en día es igual a la de hace cien años: la visibilidad. Desde un punto de vista matemático, con tantos millones de hispanoparlantes en el mundo, es muy probable que haya una audiencia para cualquier autor. El desafío, hoy y siempre, es encontrar esa audiencia.

Alex: Asumo que antes de ser escritor también has sido lector. ¿Qué te gustaba leer y qué lees ahora?
Cristian: Desde luego, creo que es imposible ser escritor sin ser antes lector. De chico me gustaba muchísimo Conan Doyle (sigo siendo un fanático de Sherlock Holmes). Ahora leo mucho más variado. Dos libros que he leído hace poco y me encantaron son «La noche de la usina» del argentino Eduardo Sacheri y «Vestido de novia» de Pierre Lemaitre. ¡Ah! Y también soy un gran seguidor de Arturo Pérez-Reverte.

Alex: ¿Cuál ha sido la experiencia más gratificante que has vivido a raíz de la escritura?
Cristian: Hay muchas, la verdad. Pero una de las que más me marcó fue una vez que un lector me escribió para decirme que gracias a la compañía de mis libros, las horas en el hospital haciéndose un tratamiento de quimioterapia se le pasaban más rápido. Sentí un nudo en la garganta y mi primera reacción fueron ganas de llorar. Pero ese sentimiento enseguida dio paso a otro muy diferente: un orgullo enorme. Que algo que uno ha creado luego tenga un impacto tan tangible en la vida de otra persona es realmente impagable. Y es una de las razones más importantes por las que quiero seguir escribiendo.

Alex: Para finalizar, ¿algún comentario que quieras agregar?
Cristian: Sí, quiero agradecerte un montón haberme brindado este espacio en tu blog. Sin gente apasionada de los libros como vos, el trabajo de escritor sería muchísimo más difícil.

Espero que hayan disfrutado conociendo un poco más de este talentoso autor tanto como yo. Les dejo a continuación el enlace a su página web y sus redes sociales:


Hasta la próxima.







Reseña: El coleccionista de flechas - Cristian Perfumo

Por: El: 7/31/2017 11:22:00 a.m.
"La calma de un pueblo patagónico se rompe cuando uno de sus vecinos aparece muerto y torturado en su sofá.
Para Laura Badía, experta en criminología, este es el caso de su vida. Además de la brutalidad del homicidio, de la casa de la víctima faltan trece puntas de flecha talladas hace miles de años por el pueblo tehuelche. La colección, de la que todos hablan pero casi nadie ha visto, contiene la respuesta a uno de los misterios arqueológicos más importantes de nuestra época. Su valor científico es incalculable. Su precio en el mercado negro, no.
Ayudada por un arqueólogo, Laura se verá arrastrada en una peligrosa búsqueda que la llevará del famoso glaciar Perito Moreno a los rincones más remotos y menos visitados de la Patagonia".

Hace ya un par de años les traje la reseña de Cazador de farsantes. Novela con la que me inicie en el trabajo de Cristian Perfumo, y que resultó ser una excelente lectura.
El día de hoy se trata de El coleccionista de flechas, su cuarta obra publicada hace apenas unos días, y con la que nuevamente logra sorprenderme.

Laura Badía es una oficial de policía de treinta y dos años, y que se desempeña en la provincia de Santa Cruz en Argentina, colaborando también en el departamento de criminalística. Luego de recibir un reporte de homicidio en la región, Laura descubre que se trata de Julio Ortega, un hombre que pertenecía a su pasado hasta que tuvieron un encuentro casual tan solo dos meses atrás. Eso por desgracia la pone en un predicamento, puesto que tener un vínculo emocional con la víctima puede interferir con su trabajo.
Pronto se dará cuenta que ese es tan solo uno de los problemas a los que se tendrá que enfrentar, y que el caso que tiene ante ella es mucho más intrincado de lo que parecía en un principio.

La historia está narrada en primera persona por Laura. El autor utiliza un lenguaje directo, incluso coloquial, con lo cual se consigue una narrativa muy cercana, casi como si los personajes te contaran la historia en una conversación del día a día. Existe un equilibrio entre diálogos y narración como tal, de modo que la lectura disfruta de un ritmo ágil y ameno. Las páginas pasan y pasan sin apenas darte cuenta.

No es muy común que los escenarios destaquen en un thriller, sin embargo aquí lo hacen. Gracias a las detalladas descripciones, viajamos junto a los personajes a sitios tan pintorescos como el glaciar Perito Moreno, atravesando para ello la ciudad de El Calafate en la provincia de Santa Cruz. Lugares que existen en la vida real.

El argumento te engancha desde el primer momento. No solo se trata de descubrir al asesino y resolver el misterio, sino que conforme avanza la historia el autor logra una mezcla magistral de ficción y realidad, en la que se describen algunos datos de los pueblos indígenas, el coleccionismo de arte lítico y el patrimonio arqueológico de la región. Lo anterior de ninguna manera interfiere con el desarrollo natural de la trama, sino que nos pone en contexto para comprender mejor la magnitud del caso, y al mismo tiempo le otorga cierto misticismo.
La trama no se caracteriza por la acción o un desarrollo especialmente trepidante, sino que se trata de un tortuoso camino para nuestra protagonista,  lleno de obstáculos y pistas falsas, que mantienen el misterio para el lector al grado de crear varios desenlaces posibles. No es la resolución más rebuscada que he leído, pero ese no es el encanto, sino la manera en que está construida y cómo se van reuniendo las piezas para llegar hasta ese punto.

Laura como protagonista me ha gustado mucho. Es fuerte, astuta, muy capaz y no se amedrenta ante sus colegas de trabajo, en un medio en el que ella misma admite que está dominado por hombres. Lo mejor es que se siente real, tangible. No es la típica protagonista a la que todo le sale bien, sino que puede cometer errores como cualquier ser humano.
El resto de personajes tienen un grado de participación mayor o menor, pero la mayoría aporta algo en determinado momento y no se siente como si sobraran.

El final me ha parecido una excelente manera de cerrar la historia. Justo cuando empezaba a cuestionar algunas decisiones, se pone de manifiesto la humanidad con la que se dotó a los personajes.

En conclusión, El coleccionista de flechas es un excelente regreso para Cristian Perfumo. Nos ofrece una historia diferente, con un estilo que atrapa y no da tregua. Les aseguro que no podrán despegarse de sus páginas hasta terminar.

Podrás comprar el libro desde aquí

¿Ya conocías algo del autor? ¿Te gustan las historias de este tipo? Cuéntamelo en los comentarios.

Hasta la próxima reseña.

 
Muy bueno








domingo, 30 de julio de 2017

Reseña: Si el amor es una isla (Silence Hill #1) - Esther Sanz

Por: El: 7/30/2017 08:43:00 a.m.
*Gracias a la editorial por el ejemplar
"A veces, el amor te encuentra en donde menos lo esperas. Dicen que una isla es el lugar ideal para perderse. Yo tuve que llegar al inhóspito Sark, un islote con quinientas almas en el canal de la Mancha, para encontrarme a mí misma". 

Existen una variedad de factores que influyen al momento de decidir si un libro te gusta o no. Ya sea que los personajes son encantadores, la historia es cautivadora, o las situaciones descritas son interesantes.
En este caso fue la ambientación. Y es que, sin exagerar, el libro que hoy reseño se encuentra entre los mejor ambientados que he leído en meses.

Luisa es una chica de diecisiete años que necesita un nuevo comienzo para replantear su futuro. Luego de un desliz que la lleva a perder a su mejor amiga y de enterarse que su padre se encuentra enfermo, se ve forzada a aceptar un contrato de un año para pagar el costoso tratamiento en el prestigioso Silence Hill; un hotel ubicado en la isla de Sark, y que a su vez se localiza en el canal de la Mancha.
Apenas pone un pie en la isla, Luisa conoce a Jim, el cochero del hotel, con quien parece entenderse y con quien poco a poco entabla una amistad.
Todo parece en orden hasta que descubre que su nuevo empleo trae consigo una serie de situaciones que la pondrán a prueba y la llevarán a preguntarse en quién puede confiar, protagonizadas principalmente por Patrick Groen, el misterioso joven que dirige el hotel desde las sombras.

La historia está narrada en primera persona por Luisa, quien nos describe sus nuevas tareas como doncella en Silence Hill, sus encantadores paseos por el pueblo, y a raíz del hermetismo con el que son tratados los asuntos del hotel, vamos descubriendo junto a ella que aquel sitio no es lo que parece.

Como dije al principio, la ambientación es excelente y uno de los puntos fuertes del libro. Silence Hill parece un hotel extraído de la Inglaterra victoriana y depositado en el presente, no solo por su aspecto, sino por sus estrictas y anticuadas reglas. El pueblo, a pesar de arraigar costumbres feudales, es un lugar muy pintoresco, con su encantadora librería y cafetería, su simpática taberna, y sus fascinantes paisajes descritos con detalles que perfectamente te permiten visualizar en todo momento.
Afortunadamente la pluma de la autora es lo suficientemente ágil para mantener un ritmo continuo, y ser descriptiva sin volver denso el desarrollo de la historia. Es una narrativa que te cautiva, te transporta y envuelve a la novela en un halo muy particular y grato de leer.

El argumento en un principio te atrapa y la autora consigue despertar tu curiosidad por descubrir los secretos que ocultan las paredes de Silence Hill, revelando únicamente la información necesaria para que el desarrollo no se vea entorpecido. Hay misterio, hay romance y hay pasión. Cada elemento con una dosis adecuada que se mezcla de manera natural.
Honestamente la primer mitad del libro se pasa volando. La curiosidad de la protagonista le da mucho juego a la historia y desencadena la mayor parte de sus vivencias durante su estancia en la isla.

Desafortunadamente llega un punto en el que la historia se tambalea. El encanto inicial da paso a una narración que parece ajena a lo ofrecido hasta ese momento. Se comienza a convertir en una historia de romance mucho más típica, predecible a momentos, poco creíble y que te hace vislumbrar un desenlace que no llegará a buen puerto, sin embargo; la autora nos entrega hacia el final un giro argumental que no he visto venir y nos revela sorpresa tras sorpresa. Aunque debo decir que en lo que respecta al destino de la protagonista, no es un aspecto que me haya convencido del todo.

En cuanto a los personajes, Luisa es una protagonista buena pero sin destacar especialmente. Su personalidad desafiante le conceden cierto atractivo, y aunque a veces es difícil comprender por qué hace lo que hace, en general he disfrutado leyéndola.
Patrick por su parte, ha sido un personaje con el que no he empatizado en absoluto. A lo largo de todo el libro tiene actitudes que me han resultado chocantes, actitudes incluso tóxicas que no me han gustado para nada, y aunque se les trata de dar una justificación, desde mi punto de vista es un punto malo en el libro.
Existen dos personajes secundarios de los que me he quedado con ganas de saber más y que espero que así sea en la segunda parte.

En conclusión, Si el amor es una isla es una historia excelentemente ambientada y que llega a cautivar. A pesar de sus puntos flacos, la historia atrapa y te mantiene interesado. No estoy seguro del rumbo que pueda tomar en la segunda parte, pero me quedo con un buena sabor de boca.

¿Ya conocías el libro? ¿Has leído otros trabajos de la autora? Cuéntamelo en los comentarios.    

Hasta la próxima reseña.

 
Bueno





miércoles, 26 de julio de 2017

Reseña: Por trece razones - Jay Asher

Por: El: 7/26/2017 11:06:00 a.m.
*Gracias a la editorial por el ejemplar
"No puedes detener el futuro. No puedes rebobinar el pasado. La única manera de conocer el secreto es presionando play. Clay Jensen desearía no tener nada que ver con los casetes que grabó Hannah Baker. Porque Hannah está muerta y se debería haber llevado sus secretos con ella. Pero si Clay recibió los casetes es porque, de alguna manera, él fue responsable de la muerte de la joven. Y lo que ella grabó en esas cintas puede cambiar la vida de Clay y de todos sus compañeros para siempre..."

El día de hoy les voy a hablar de un libro que tal vez muchos de ustedes han visto últimamente. Ya sea que conocieran de su existencia desde antes o a raíz de su adaptación a serie televisiva realizada por Netflix, no cabe duda que ha dado mucho de qué hablar.
Si por algún motivo aún no se habían detenido a conocer el argumento de esta historia, les explicaré brevemente en qué consiste.

Hannah Baker es una chica de tan solo diecisiete años que ha decidido acabar con su vida. Luego de dos semanas del lamentable suceso, Clay Jensen recibe una caja de zapatos que contiene siete cintas rotuladas del uno al trece. Basta con presionar play para darse cuenta de que se trata de algo sumamente tétrico. Hannah relata en esas cintas todos y cada uno de los motivos que la orillaron a cometer suicidio, y cada motivo está ligado a una persona en particular de su entorno estudiantil.
Clay siempre ha sido un chico tímido, buen estudiante y al parecer todos tienen una buena imagen de él, pero el hecho de que haya recibido las cintas, significa que su nombre aparece en ellas y que también está involucrado de alguna manera. A lo largo de un mismo día, Clay recorrerá la ciudad escuchando las cintas y visitando lugares que Hannah menciona para descubrir su historia.

La narración está a cargo de dos personajes; Hannah con sus cintas, y Clay describiéndonos su travesía por la ciudad y aportando algunos comentarios respecto a lo que está escuchando. La peculiar manera en que se relatan los sucesos atrapa desde el principio. Esa especie de diario personal en el que Hannah detalla lo que le ocurrió y cómo se sintió al respecto, permite que te mantengas interesado en descubrir más. Esto último, aunado a un ritmo ameno y un lenguaje amigable, le da al autor la oportunidad de tocar temas serios sin perder el tono juvenil.

El eje central de la trama es el suicidio de Hannah; sin embargo, a lo largo de la historia también se tocan otros temas igual de crudos, como las violaciones, el acoso, o aquellos que no se tratan como tal, pero que se pueden leer entre líneas, como el machismo y la hipersexualización de la mujer.
El ambiente en el que se desenvuelve la historia no podría ser más idóneo, puesto que un instituto en el que los adolescentes están deseosos por encajar y en donde tu imagen vale más que lo que realmente eres, es perfecto para desarrollar un argumento como este.

En cuanto a los personajes, realmente solo llegamos a conocer a los narradores. Para quienes solo han visto la serie, aquí se encontrarán con una Hannah un tanto más agresiva, cuyo objetivo con las cintas es mucho más explícito y busca hacer sentir culpa a los involucrados.
Como personaje no me ha disgustado, a veces es complicado entenderla, pero hubo momentos en los que llegó a tocarme la fibra sensible, y sin duda resulta desolador ver cómo poco a poco, en lo que ella llama el "efecto bola de nieve", se acerca a ese abismo del que nadie pudo salvarla. No obstante, me habría gustado conocer más de ella antes de que todo comenzara, ser testigo de una evolución mucho más radical.

Clay por su parte es un personaje relativamente plano, no se sabe demasiado de él, salvo que es un buen estudiante y al parecer es una buena persona, pero incluso esto es expresado por Hannah y no se demuestra de otra manera. Al principio te saca de contexto que Clay haga comentarios totalmente ajenos a los que está escuchando, pero conforme avanza la historia esto se compone y ambos relatos se fusionan de una mejor forma.
Quienes me dejan más a deber son los personajes mencionados en las cintas. Me parecieron faltos de atención por parte del autor. Solo conocemos la versión de Hannah de ellos, pero hubiera sido bueno averiguar sus puntos de vista, su entorno y su personalidad para tratar de comprender sus motivaciones.

El problema con los personajes secundarios desencadena en un trato superficial de temas que deberían desarrollarse con mayor profundidad. Incluso el suicidio tiene poco impacto. No vemos repercusión en nadie más que no sea Clay. Ni siquiera en los padres de Hannah.
El autor no muestra una postura al respecto, no ejerce un juicio ni trata de justificar los actos de Hannah, sino que se centra en explicar sus motivos y deja que el lector se forme su propia opinión al respecto.

Me parece que el mensaje más claro por parte de Asher, y el que mayor valor le aporta a la lectura, es el de tratar de ser mejor persona. Tener conciencia de que todo lo que hacemos y decimos puede repercutir en alguien más. Que los problemas por los que atraviesa Hannah son muy reales y no deben ser vistos con indiferencia.
Destaca también su crítica a la no acción, a fingir que no pasa nada, a guardarnos las palabras que podrían reconfortar a alguien solo por hacer caso a rumores malintencionados y temer lo que dirán de ti. Sin duda es una lectura que invita a la reflexión.

En conclusión, Por trece razones es una lectura que recomiendo ampliamente, que invito a que lean sin prejuicios y se olviden por un momento del revuelo que se ha generado alrededor de ésta. Es un libro del que cada quien debe formarse su propia opinión y rescatar lo mejor que individualmente descubras en sus páginas. No es un libro juvenil típico, tampoco es una historia bonita, pero te mantiene enganchado de principio a fin, te cautiva y te hace pensar. Un libro que resalta la importancia de la empatía en una sociedad tan egoísta. Y es que como dijo Charles Chaplin alguna vez: Ríe y el mundo reirá contigo; llora y el mundo, dándote la espalda, te dejará llorar.

¿Ya leíste el libro? ¿Has visto la serie? Cuéntamelo en los comentarios.

Hasta la próxima reseña.  

 
Muy bueno








viernes, 7 de julio de 2017

Debaterama #2: Personajes LGTBI en la literatura

Por: El: 7/07/2017 06:03:00 a.m.

El pasado 21 de Mayo se llevó a cabo en el canal de Youtube de la autora Laura Gallego, un directo en el que, además de hablar de sus nuevos proyectos, también respondió algunas preguntas que sus lectores hicieron a través de redes sociales.
Una de las que más llamó la atención de la gente, fue cuando se le preguntó si en algún momento podría tener a un personaje LGTBI como protagonista en una de sus historias, a lo que Laura respondió lo siguiente:

"Son cosas que surgen de manera natural con cada historia. Yo no lo descarto. Para nada. Pero vamos, tampoco voy a ir a hacerlas a propósito. No voy a escribir una historia solo para hablar de un tema en concreto. Lo principal es la historia. Si a raíz de esa historia ya aparecen otros temas, estupendo. Pero cuando tú escribes una historia solamente para denunciar una cosa, para hablar de un tema en concreto, no estás escribiendo una historia realmente, estás escribiendo un panfleto, no sé si me explico. Y eso no es bueno tampoco. Porque entonces pierde naturalidad".

Por supuesto las reacciones no se hicieron esperar. Twitter estalló con opiniones que estaban tanto a favor como en contra de lo que la autora expresó. Entre quienes se manifestaron en desacuerdo se podían encontrar algunas personas que aseguraban que nunca volverían a leer algo escrito por Laura o que ni siquiera se atreverían a comenzar con sus obras. Se le tachó de homófoba y de mala escritora, por mencionar lo más leve. Incluso colegas escritores se sumaron a la inconformidad.
A raíz de leer algunas opiniones llegué a la conclusión de que aún nos queda mucho por aprender como sociedad, y es por eso que abro este pequeño debate.

Comencemos por aclarar que Laura ha escrito libros que he disfrutado, pero que no es ni de lejos mi autora favorita, así que mi opinión no se verá influenciada por lo que opine de ella. Una vez dicho esto, lo que puedo decir es que se trata de una desafortunada declaración, que se presta a malintepretaciones, y con la que estoy de acuerdo y en desacuerdo a partes iguales.

Por un lado, cada autor tiene un proceso creativo distinto y al mismo tiempo tiene la libertad de decidir qué hacer con sus obras. Habrá quienes crean personajes para sus historias, y aquellos que crean historias para sus personajes. Eso no tiene por qué poner en duda tu calidad como escritor y mucho menos como persona. Si para un autor no encajan los personajes con preferencias homosexuales porque al momento de escribir la historia toma otro rumbo, no lo vuelve automáticamente homófobo. No hay que imponer la forma de escribir ni el tipo de personajes a incluir. Eso es algo muy personal. Basta con echar un vistazo a nuestra vida diaria. No todos tenemos a un amigo o amiga homosexual en nuestro círculo y es algo normal, no se trata de un tema de rechazo.

Por otro lado, decir que escribir sobre un tema en concreto es hacer un panfleto es algo equivocado. Existen muchos autores que lo hacen porque nace de ellos, porque se sienten cómodos desarrollando historias de crítica social, de sátira, de denuncia o de concientización, y lo hacen porque la literatura es tan basta, que te da esa oportunidad. La forma en que lo integres a tu historia ya es cuestión de cada quien. No significa que esté mal.

Dejando un poco de lado el tema de Laura, quiero hablar más de nosotros como lectores. No pretendo generalizar, pero creo que a muchos nos falta educación al respecto, y poco a poco ir deshaciéndonos de todos esos pensamientos que se nos han inculcado. Yo mismo confieso haber cometido errores.
La comunidad LGTBI busca ser representada de manera normal, natural, sin necesitar de una justificación para estar presente en una obra literaria, tal y como sucede con los personajes heterosexuales; sin embargo, cuando no se describe de manera explícita la orientación sexual de un personaje, se tiende a asumir que es heterosexual. No nos tomamos la libertad de imaginar de acuerdo a nuestro criterio, necesitamos sí o sí que se nos aclare, como si pidiéramos permiso para ver la homosexualidad como algo normal dentro de una historia determinada.

Así mismo, creo que no debería ser considerada literatura LGTBI solo por incluir personajes homosexuales. No existe tal género. Una novela que representa un romance entre personas del mismo sexo no es una novela LGTBI, es una novela romántica. Y eso aplica a cualquier trama. El día que nosotros mismos como lectores aprendamos a normalizar las preferencias sexuales de los personajes, entonces habremos dado un importante paso.

¿Cuál es tu opinión al respecto? ¿Qué otros temas te parecería interesante tocar? Cuéntamelo en los comentarios.

Hasta la próxima.